Yo no necesito una marca personal!

Yo no necesito una marca personal!

Yo no necesito una marca personal!

Considero que el concepto de marca personal aún no ha sido profundizado adecuadamente por algunas personas. Es por eso que se generan muchos malos entendidos al respecto de su importancia y valor para las personas.

Por lo general las personas descubren su importancia y trascendencia cuando han perdido el trabajo o cuando, siendo independientes, no logran captar la cantidad de clientes necesarios para mantener un proyecto. En estos dos casos el tiempo apremia y se pagan altos costos de oportunidad.

Una buena actitud para nuestras vidas es la de accionar, ser proactivos. Y librarnos de esa actitud reactiva, por la que muchas veces pagamos altos costos emocionales y económicos.

Lo que muchas veces nos sucede a los seres humanos es que transitamos por zonas donde somos ciegos, no alcanzamos a dimensionar el alcance de nuestra acción o inacción. Existen diferencias  y hasta oposición entre la intención expresada y conducta observada.

¿Y yo te pregunto, cuál es el costo de oportunidad que estás dispuesto a pagar por no generar tu marca personal?

En mi trabajo como coach, muchas veces entro en contacto con personas que se encuentran en la búsqueda de trabajo desde hace tiempo. Una de mis sugerencias es la de poner manos a la obra para comenzar a conectarse con su potencial y desarrollar un plan de carrera.

Algunas personas me responden en este momento no tengo tiempo o dinero para eso, tengo que encontrar trabajo, luego podré ocuparme de ese tema. Eso me suena como si el desarrollar la marca personal fuera algo superficial y sin mayor implicancia. Lo más increíble, para mí, es que pasa el tiempo y esas personas siguen sin encontrar trabajo.

¿Reflexionaste acerca del costo de oportunidad que estarán pagando?

Es como el cuento del leñador inexperto y el más experimentado. ¿Te acordás?

En cierta ocasión, un hombre joven llegó a un campo de leñadores, ubicado en la montaña, con el propósito de obtener trabajo. Durante su primer día de labores trabajó arduamente y como resultado, taló muchos árboles. El segundo día, trabajó tanto como el primero, pero su producción, fue escasamente la mitad del primer día. Al tercer día, se propuso mejorar su producción. Golpeó con furia el hacha contra los árboles, pero los resultados fueron nulos. Al ver el capataz el escaso rendimiento del joven leñador, le preguntó:

«¿Cuándo fue la última vez que afilaste tu hacha?»

El joven respondió: «realmente no he tenido tiempo de hacerlo, he estado demasiado ocupado cortando árboles».

Veo a diario que a muchas personas que se encuentran buscando trabajo les sucede lo mismo. Se postulan van a entrevistas y los resultados no aparecen… Porque no se detuvieron un  tiempo para armar su plan de carrera o  se preguntaron simplemente cuál es el trabajo que me hará sentir satisfecho.

Es conveniente darnos tiempo para afilar nuestras hachas, y para eso es fundamental bajar el nivel de ansiedad, conocer nuestro valor personal y reconectarnos con nuestra marca personal.

A lo mejor vos tenés entre tus conocidos a alguien que se encuentra en la búsqueda laboral, pensaste en pasarle esta valiosa información?

¿Y vos aún pensás que no necesitás una marca personal?

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