Actitud frente al trabajo

Actitud frente al trabajo

Actitud frente al trabajo

Muchas son las actitudes que se pueden tomar hacia el trabajo y en todos los casos dan como resultado tendencias a responder positiva o negativamente.
Una actitud favorable sería aquella orientada a involucrarse con las tareas asignadas, invirtiendo tiempo y energía. Alinearse a los objetivos de la empresa y demostrar un pensamiento positivo.

La actitud favorable se ve reflejada en el grado de satisfacción con el trabajo, participación en el trabajo y compromiso con la organización.

Sin embargo no siempre es esta la actitud que se asume. Muchas veces escuchamos a un compañero de trabajo decir: yo hago y hablo lo necesario en la oficina, el resto que lo hagan los demás.

En este tipo de casos, aunque aparentemente se cumple con las normas básicas y elementales laborales, estamos hablando de una actitud desfavorable.

Hay varias características que describen a este tipo de personas: indiferentes, desinteresados en realizar propuestas y que rechazan dar opiniones sobre cualquier aspecto del empleo, pero por sobre todo son personas pasivas que corren el riesgo de terminar aisladas.

Este tipo de conducta resulta arriesgada cuando pensamos en el crecimiento y desarrollo profesional.

No mostrarse implicado en las metas de la compañía para la que se trabaja, ir tirando y no enfrentarse al mínimo reto será puesto en evidencia tarde o temprano. Al principio, en el mejor de los casos, le permitirá mantener un puesto de trabajo, pero a la larga podría ser perjudicial. Una persona que se refugia en una actitud pasiva corre todos los riesgos de tener una mala valoración y por consiguiente no ser tenido en cuenta frente a las posibles promociones. En general los directivos aprecian más a los empleados que contribuyen a lograr los objetivos y realizan aportes.

Gabriela Jablonka

Coordinadora en  Universo Laboral

Gracias Gabriela por tu intersante aporte!

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