Si, yo también puedo equivocarme!Lo acepto y lo reconozco no como una situación definitiva sino como una invitación para generar nuevos aprendizajes ¿Te parece increíble? ¿ si?.
El otro día iba manejando por la avenida Córdoba, y me descubrí enojándome porque un auto que iba delante mío, no avanzaba con una velocidad regular, a medida que avanzábamos al ritmo que me marcaba mi inmutable y cercano «compañero» mi enojo se incrementaba. Hasta que en un momento, tomé conciencia de lo que yo estaba haciendo.
Te cuento? Yo pretendía que ésta persona se diera «cuenta» que yo estaba enojada y que en consecuencia cambiara su ritmo, pretendía que él hiciera lo que yo no estaba dispuesta a hacer!
Cómo finaliza esta escena?. Puse luz de giro y decidí cambiar de carril! Dejando que esta persona continúe por la vida a su ritmo. Y yo eligiendo el ritmo en el que quería circular.
¿Cuantas veces te encontrás en esta clase de situaciones?
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Te regalo un mantra, que muchas veces me repito:
«Señor, concédeme serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar, valor para cambiar aquellas que puedo, y sabiduría para reconocer la diferencia» San Agustín.
Y si lo analizamos, más alla de cuestiones reliogiosas?
Cuando dice:
«Concédeme serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar.»
Te parece que nos invita a conformarnos?.
Lo que podemos rescatar tiene que ver con la diferencia que podemos hacer en nuestras vidas enfocándonos y esperando que los otros sean los que cambien, o aceptar como digo muchas veces, el «combo completo», sin embarcarnos en procesos que nos dejarán un sabor amargo, porque no está en nuestro poder cambiar a las personas que nos rodean. Si ellas no quieren cambiar.
Algo que muchas veces observo, es que cuanto más inflexibles son las personas, más esperan que sea el «otro» el que genere el cambio a su conveniencia. Es un proceso que no está bajo nuestra responsabilidad.
Pero lo más importante es que continúa:
«valor para cambiar aquellas que puedo»
Aquí nos alienta a asumir la responsabilidad, sobre lo único que se encuentra bajo nuestro poder, nuestra actitut frente a las diversas situaciones y que si hay algo que no es lo que esperábamos, podemos cambiar, cambiar tantas veces como lo necesitemos, podemos generar aprendizajes que nos permitan alcanzar resultados diferentes.
Y finaliza con esto:
«sabiduría para reconocer la diferencia»
Un gran desafío, que podemos superar entrenándonos para ser observadores diferentes, acceder a mayores distinciones.
Te parece interesante esta frase?
Esperamos que tengas interés en conocer mas acerca de nuestros entrenamientos para tu mejor SER.
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Lic. Sonia Grotz